Ministerio de Ciencia e Innovación CSIC Sociedad de Química Chemestry 2011

Los gases y la Teoría del Flogisto

En el siglo XVII, se desarrolló la Teoría del flogisto para explicar los procesos de combustión. Sthal propuso que, cuando una sustancia arde, liberaba al aire una parte inflamable a la que llamó flogisto. La oxidación o enmohecimiento de los metales era análoga al proceso de combustión y, por tanto, suponía la pérdida del flogisto. A pesar de que la teoría explicaba algunos fenómenos, no explicaba por qué el metal enmohecido pesaba más que el original.

Durante este siglo, se avanzó enormemente en el estudio de los gases gracias a la invención de la cuba neumática, un instrumento que permitía recoger y medir el volumen de los gases liberados en una reacción. Se descubrieron gases muy importantes como el dióxido de carbono, el nitrógeno y el hidrógeno, demostrando que los gases son sustancias que intervienen en las reacciones químicas y que además de ser liberadas por sólidos y líquidos pueden combinarse entre sí para generar otras sustancias. Más tarde, Joseph Priestley (1733-1804) se dio cuenta, recogiendo dióxido de carbono sobre agua, que parte se disolvía y confería al agua un agradable sabor ácido, que es lo que en la actualidad llamamos soda. Como sólo se necesita añadir esencia y azúcar para producir bebidas gaseosas, Priestley puede considerarse como el padre de la industria moderna de los refrescos. Además, Priestley descubrió un gas en el que los combustibles ardían antes que en el propio aire; por esta razón, lo llamó “aire desflogisticado”, aunque pocos años después fue rebautizado como oxígeno. Por otra parte, Scheele (1742-1786) descubrió el oxígeno al mismo tiempo que Priestley.

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